Bueno, este cuento lo escribí hace ya algún tiempo, cuando me sentía un poco como Azhar, un poco sola quizás, o simplemente que no encontraba mi lugar... Resulta que las estrellas son como nosotros, tiene corazón y alma (aunque hay veces que eso se echa en falta en algún ser humano). Hay diferentes tipos de estrellas, las hay grandes y muy brillantes que protegen a a la luna, las hay deportistas, que corren fugazmente por toda la galaxia, las hay que se unen y forman constelaciones e incluso hay alguna famosa como la de Belén...Y por último, las hay pequeñitas, casi invisibles para el ojo humano y que no saben muy bien cual es su papel en el cielo. Una noche, una de esas estrellas pequeñas llamada Azhar, cansada de que nadie se fijase en ella decidió bajar a la Tierra para saber que es lo que pensaban los hombres. Se puso un disfraz de niña para que nadie se cegara con su luz y emprendió su camino. La primera noche en que estuvo en la tierra después de su largo viaje Azhar visitó a un carpintero que trabajaba hasta el amanecer y le preguntó: "Carpintero, por qué no te paras a mirar las estrellas"?, y él contestó: "No puedo, no tengo tiempo, he de trabajar hasta muy tarde para que mis hijos puedan comer". Otra noche, entró en una gran tienda y descubrió al dueño contando una gran pila de monedas. Cuando Azhar iba a comenzar a hablar, el tendero pensando que iba a pedirle limosna, la echó, y ella, cabizbaja, se marchó. La tercera noche la pequeña estrella habló con un astrónomo al que encontró buscando nuevas constelaciones. - "¿Por qué no buscas entre las estrellas pequeñas?", le dijo Azhar. - Esas estrellas solo estropean las maravillas que hacen las otras- dijo el hombre con desprecio. Y cuando Azhar, con lágrimas en los ojos creía que los hombres eran demasiado egoístas o estaban demasiado ocupados para ver las pequeñas cosas hermosas, se encontró a una niña llorando y mirando al cielo. Azhar, se sentó a su lado y le preguntó la razón de su llanto, y la niña, entre sollozos respondió: - No encuentro a mi estrella, hace días que se esconde - ¿y cómo es tu estrella? - Es pequeñita, hay veces que me cuesta mucho verla, pero si insisto la encuentro, pero ya no puedo. Siempre está entre esas dos grandes de allí. pero se ha ido...- dijo la niña mirando al firmamento. Entonces la estrella, se dió cuenta de que el lugar donde la niña apuntaba era el sitio donde ella siempre estaba. - No te preocupes, seguro que vuelve pronto. Y mientras Azhar volvía a ocupar si sitio, se dió cuenta de que ahora brillaba más (o al menos eso veía ella), y comprendió que para tener un lugar en el mundo, no hace falta ser más bella o más grande, solo es necesario creer en ti, aunque a veces, se necesite que otra persona te lo haga ver. |
jueves, 25 de agosto de 2011
Azhar
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario