Existen unos puntos cardinales que no señalan las agujas de las brújulas.
Se encuentran en aulas de universidad, subiendo unos pisos en el ascensor o entre decenas de uniformes azules.
Cambian de destino constantemente, buscando el mar, el desierto, o la lluvia incesante.Son difíciles de localizar, solo unos cuantos son los afortuandos que tienen las coordenadas de su ubicación, y es inimaginable lo que puede suceder cuando los cuatro puntos se reúnen en un mismo lugar. Es algo que sucede pocas veces, pues en el caso contrario, puede provocarse un cataclismo tan grande que dure toda una noche y las consecuencias al amanecer pueden ser impredecibles.
Se dice que las iniciales de sus nombres forman la palabra ALMA, pero es una teoría que no está demostrada, pues se le han puesto muchos nombres a esos nuevos puntos cardinales y ya se olvidaron cuales eran los originales.
No se sabe con excactitud el momento de nacimiento de estas nuevas guías, pero hay datos que afirman que fueron formaciones paralelas, aproximadamente en un espacio de entre cinco y diez años, y que hubo un momento en el que se juntaron todas para hacerse fuertes, y así , tener un trocito de alma de las otras tres y ocupar su nuevo lugar en el mapa.
Lo que si está demostrado a ciencia cierta, es que no les es necesario estar en el mismo emplazamiento para saber que cada una de ellas, es un trocito de la otra, que juntas forman una unión tan fuerte y que con solo cerrar los ojos se trasladan a donde están las demás para compartir unos momentos.
Para mis trozos de alma repartidos entre Madrid, Doha y Santiago de los Caballeros
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