A veces basta con reírse un rato antes de irte a dormir, con que sea un día fácil en el trabajo y con que unos chavales te miren y parezca que te escucharon, a veces basta con ir a enseñar algo y que sean ellos los que te enseñen a ti.
A veces basta con saber que no quieren saber de ti y dejar de sentirte culpable por no echar de menos a quién creías que debías extrañar, pero que no te salía.
A veces basta con un paseo que acabe con una caña en tu plaza favorita de Malasaña y hacer planes, a veces basta con tener ganas otra vez de hacerlos.
A veces basta con que te regalen una preciosa canción y ponerla tantas veces seguidas que se hace un poquito de ti, a veces basta con regalarla tú también.
A veces basta y otras no, hoy al menos no me hace falta tu llamada, mañana quizás, te llame yo.
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