lunes, 3 de junio de 2013



"Y de nuevo aparece ante mi ese sentimiento tan mío y tan falso, tan alejado de la realidad que me lo vuelvo a creer. Este sentimiento tan rancio que viene a destruir lo poco que llevo caminado, sentimiento viejo, que me hace recordar ese pesar tan amargo que me ha traído muchas dificultades en los últimos meses, que me hace pensar que yo soy el problema.
Pero es raro, ahora si duele, este dolor si es de verdad, no es un espejismo al que me aferro, esto se siente y cala profundamente. Ahora lo que perderé si es algo valioso, algo importante, y esta vez, si tengo miedo..."
(tomado prestado, leído, tan entendido...)

Y es que llegó otro domingo sin que supiera de ti. No me han despertado tus mensajes vespertinos con la palabra "vente", ni me has llamado pidiéndome un hueco en mi cama.
Y a pesar de ser yo la que te pidiera que no lo hicieras, mis tripas se encogen cada vez que despierto.

Y hoy ni la batalla ganada a las últimas pruebas médicas, ni las alabanzas por mi último proyecto me confortan, porque no puedo celebrarlo contigo.

Y hoy ni siquiera los recorridos fortuitos de otros dedos en mi espalda me consuelan, porque han sido muchos caminos los que has marcado con los tuyos y porque esas manos no dibujarán otros nuevos, que su destino no está en mi piel.

Y hoy he claudicado ante la nostalgia de tu boca, porque ni siquiera la compañía de Picasso me ha quitado las ganas de ser yo la que incumpla mis promesas y te pida un abrazo de esos con el tiempo tan medido.

Y hoy, sólo porque tú no piensas en mí, no me lees, te alejas, no hablas, no me miras… presiento que no me quieres.

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