Una vez mi el mar desde Madrid,
mientras nos follábamos al amor
en una de esas siestas imposibles
si le tenía en mi espalda.
Ahora entiendo que no es que él
pusiera el listón muy alto,
sino que eso es lo mínimo exigible
en este tiempo de frío:
Que te hagan ver el mar
en un piso con vistas a un patio interior.
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