jueves, 15 de septiembre de 2016

El frío me ha pillado desprevenida buscando una manta de madrugada, descartando los pijamas que tenía más a mano y refugiándome debajo de su peso contra mi piel, disfrutando de ese calor buscado en este mes de septiembre de aniversarios nunca celebrados.
El otoño que ya asoma es mi estación favorita, también la suya.
- Melancólicos nos llaman- me dice.
- O tristes- le respondo yo.

Y sin venir a cuento, en mitad de Madrid cantamos (gritamos), "melancolíaaaa", justo a la vez, y así, no se puede estar triste.

No tengo intención de moverme del sitio que ahora me corresponde, así estoy bien, no lo pienso demasiado, y cuando haya que improvisar, desempolvaré (mos) la guitarra. 
Yo que siempre he sido de milimetrar cada detalle y llevar la prisa por bandera, me dejo llevar así, de gramo en gramo de roce. Sé que llegará el momento en que tendré que mojarme aunque haga frío, pero...shhh...ahora no, dale significado a eso de fluir aunque cogieras manía a ese verbo.

"Mientras espero 
tú me miras
yo te siento"

Cúrate y me curo.


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