Es un castillo infinito
que construyo con la mente,
cuatro torres lo protegen,
la más alta es la de oeste.
Allí miro mis anhelos
que vuelven a estar presentes,
los que me dieron las fuerzas
y enseñado a (re) quererme.
Con mis ojos cojo vuelos
que se cruzan con mis piernas,
que a veces tiemblan de miedo
y otras tantas es de pena.
Los deseos se pelean,
se traban unos con otros,
me bailan, me turban, me cansan,
y se cuela algún "nosotros".
Pero elijo volar sola
aunque me faltes encima,
hoy elijo a mi maleta,
arrancarme con el viento
las huellas de tu retina.
Y es que sé que hoy me sobras,
aunque te llamé mucho tiempo,
vestía de noche mi cama
con mentiras y secretos.
Y ahora que me rea(r)mo
y me levanto con ganas,
voy a soltarte la mano,
no puedo esperar a mañana.
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