No sé que pasa que es irte,
y el invierno se me viene encima.
Como si la lluvia hiciera un simulacro
del otoño que no quiero que llegue.
Que esta distancia,
a la que le falta un cero y diez horas de vuelo,
me adelanta esos silencios del móvil
y una almohada vacía.
Que me quiere acostumbrar,
a echar de menos tus manos
y a la guitarra calmando mi casa.
Que la nostalgia me tiene en su agenda
como contacto de emergencia,
que no quiero,
pero me tiemblan las piernas,
y hoy la sonrisa me falla.
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