Se vende alma al diablo,
algo rota por los bordes,
desgastada en el empeño
de vivir en lo imposible.
De regalo le acompaña
eternas noches despierta,
y una esperanza cansada
abrazada a la tristeza.
A cambio pido una tregua,
una armadura en el pecho,
una risa improvisada
y un domingo sin recuerdos.
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