He buscado un tipo tan diferente
que el espejo me negara tu presencia,
de repente, sin quererlo y en un segundo,
tus sabores aparecen por su lengua.
Me he aguantado las ganas de nombrarte,
me he dormido sin pensarlo entre sus brazos,
y de día, quizá tarde, he comprendido,
que he besado con dolor y no con labios.
Te prohíbo que te metas en mi cama,
cuando busco que me arranquen los olores
de tu huida y de tu miedo a los reproches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario