Anoche brindé por ti en la terraza
y decidí regalarte en secreto el polvo de después.
Brindé por mi mayor logro y mi mayor fracaso,
Brindé por mi mayor logro y mi mayor fracaso,
y por todo lo que tengo que contigo no iba a ser,
por mi vuelta a viejas costumbres de dormir sola,
de comer y follar deprisa.
Contigo me tomaba mi tiempo para todo, menos para mi.
Brindé y encendí un cigarro, y como siempre, volví a pensar en dejarlo,
quizá ya empiece estar preparada,
antes no,
hubieran sido demasiadas pérdidas, la nicotina y tú,
aunque de todos mis vicios, sin duda, fuiste el más perjudicial
pero con el que mejor alucinaciones tuve.
Así que en esto se resume, sintigo y con más,
pero con un mono tremendo de tu piel.
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