Recuerdo cuando cogía aquel tren
con dirección a tu boca;
tan nerviosa en el andén de salida,
haciendo un cigarro que distrajera a mis manos,
las ganas de beberme tu cuerpo con sabor a salina.
Hoy el AVE vuela al contrario y es todo distinto.
Me tiemblo al pensar que ahora somos extraños,
y aunque tú no lo sepas, en sólo unos meses,
estaré en el lado de esa parte del mundo
que pudo a mis labios.
Me pregunto si "algo" nos hará encontrarnos,
si reconocería tu olor, tu cuerpo a lo lejos...
(No recuerdo tu risa y eso me da miedo)
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