domingo, 20 de noviembre de 2016

Será que es domingo y llueve.
Lorca se asoma en la estantería, esperando
a que recojas a la novia junto a mis ganas
de decirte "ven, que no me aguantan
más las manos de imaginarte".
Ahora que no me callo nada y mando
a la mierda todo lo que sobra,
me quedo muda contigo.
Me quema en la tripa la verdad
que nunca termino de escribirte y el
beso que me muerdo en cada despedida en el andén.
Ven joder, ven,
quítame el pijama y las bragas;
que se queden en una esquina de mi cuarto,
temblorosas como yo,
por si no vuelven a ser necesitadas.

Cúrate y me curo

jueves, 15 de septiembre de 2016

El frío me ha pillado desprevenida buscando una manta de madrugada, descartando los pijamas que tenía más a mano y refugiándome debajo de su peso contra mi piel, disfrutando de ese calor buscado en este mes de septiembre de aniversarios nunca celebrados.
El otoño que ya asoma es mi estación favorita, también la suya.
- Melancólicos nos llaman- me dice.
- O tristes- le respondo yo.

Y sin venir a cuento, en mitad de Madrid cantamos (gritamos), "melancolíaaaa", justo a la vez, y así, no se puede estar triste.

No tengo intención de moverme del sitio que ahora me corresponde, así estoy bien, no lo pienso demasiado, y cuando haya que improvisar, desempolvaré (mos) la guitarra. 
Yo que siempre he sido de milimetrar cada detalle y llevar la prisa por bandera, me dejo llevar así, de gramo en gramo de roce. Sé que llegará el momento en que tendré que mojarme aunque haga frío, pero...shhh...ahora no, dale significado a eso de fluir aunque cogieras manía a ese verbo.

"Mientras espero 
tú me miras
yo te siento"

Cúrate y me curo.


viernes, 12 de agosto de 2016

Será que a los fantasmas
que dormían en mi cama,
ya no les dejo volver.

Será que tengo un hueco abierto
con las medidas exactas,
y sólo me encaja tu piel.

Será que no sé de momentos
que mientras tú temblabas,
Madrid comenzó a llover.

O será que me lo invento
que no entiendo a mis instintos,
y que me he dejado vencer.

miércoles, 8 de junio de 2016

40 razones por las que te quiero

1- Por no ser sólo una hermana, sino también mi amiga
2- Por acostarte cada noche en la cama de al lado con un libro entre las manos.
3- Por hacer de hermana mayor de los 3, aunque no te tocara.
4- Por cambiarme los pañales cuando era bebé.
5- Por perdonar que leyera tu diario (más de una vez).
6- Por enseñarme a perder el miedo a volar lejos de casa.
7- Por regalarme ese año en el que me iba lejos de casa, un dinerito para cuando necesitara volver.
8- Por Aroa.
10- Por Matías.
11- Por meter en casa algo de paz y paciencia que aún intento averiguar de donde te viene.
12- Por intentar salvar a Zeus hasta el último momento.
13- Por decirme cada vez que tengo miedo, algo insignificante, pero que me lo quita.
14- Por aguantar mi mala leche.
15- Por empezar a haber hecho voluntariados y darme ese ese ejemplo, gracias a eso soy lo que soy.
16- Por enchufarme en el curro del cole.
17- Por ponerme a Aute, Silvio, Ismael Serrano, Pedro Guerra, Tontxu... de banda sonora en la habitación.
18- Por dejarme la litera de arriba.
19- Por no enfadarte cuando te ibas de viaje y sin querer eché espuma del pelo por toda la ropa que tenías preparada para la maleta.
20- Por seguir siendo una niña a veces para jugar conmigo.
21- Por preguntarme por mis cosas y darme la confianza de contarte todo.
22- Por no juzgarme nunca.
23- Por estar haciendo a pequeños pasos otro mundo mejor.
24- Por llevarme a los scouts contigo.
25- Por recogerme en la casa de aluche cuando pretendí irme de casa sin trabajo ni dinero.
26- Por ser mi profe particular de mates y conseguir que sacara un 10.
27- Por las cartas que me enviabas desde Finlandia.
28- Por confiar en que al final "yo saldría bien".
29- Por no ser las "pobrecitas".
30- Por aquel viaje a Donosti.
31- Por invitarme a mi primera copa de ron (esto a mamá no se lo decimos).
32- Por ser la que me abrió las puertas para todo.
33- Por hacerme madrina de Aroa.
34- Por enseñarme a perdonar.
35- Por dejarme ver en ti a pesar de que digan que no nos parecemos.
36- Por regalarme cuadernos en blanco.
37- Por llevarme a mi a mis amigas a aquel concierto de los Backstreet Boys.
38- Por darme siempre otro punto de vista.
39- Por enseñarme a ser una mujer.
40- Por ser tú.

lunes, 2 de mayo de 2016

Me ha preguntado por ti
al poco de corrernos,
la piel aún seguía caliente
y por la ventana,
se veía llover primavera.
Yo le he preguntado por ella,
los dos mojados sobre mi cama,
recuperando nuestra costumbre,
de desnudarnos con las tristezas.

viernes, 22 de abril de 2016

Me ha recordado tanto a mi dos años atrás que se me han caído las lágrimas al leerle tantos perdones en tan pocas líneas. Como no iba a perdonarle, si yo, aún estoy en ello.

Ayer, que celebraba que él estaba vivo con unas cervezas y unas risas, y hoy, que me entristece que ella no haya podido cumplir su promesa de ponerse bien.

Y me pide perdón, y recuerdo que te escribo de menos, que en realidad no escribo a nadie, y me enternecen sus disculpas, y me alivia, que ya no sea yo hace dos años.

Hoy, que ella se ha quedado absorta mientras le leía como el Principito domesticaba al zorro y él, que ha hecho que nos escondamos en la bañera terminando con los calcetines mojados.

Ayer, que me empapaba en un recuerdo de ojos azules tan inmediatamente anteriores a ti, sabiendo que tú, serás el único que no vuelva, y el único que yo quisiera que volviera.

Y hoy, que recibo disculpas que no necesito, empiezo a entender, que escribirte de menos, no significa que te eche de más.

sábado, 19 de marzo de 2016

Me gusta la gente transparente. Esa a las que ves venir de lejos, que sabes desde el principio si te puedes quedar cerca, las que dicen todo con la mirada. 
Me gusta la gente que es mala y transparente, porque puedo echar el cierre sin remordimientos. 
Me gustan las personas que tienen miedo y lo reconocen, las que te dicen "mira, estoy acojonad@, no sé que va pasar ni cómo lo voy a hacer, pero lo voy a hacer", esas personas que no se paralizan y que si lo hacen, se dejan coger la mano para dejar de temblar.
Me gusta la gente que se deja sentir por encima de todo; que no se retira antes de tiempo por si acaso, porque no es el momento, porque no puede y no se deja poder;  y que no se esconde si algo llega fuera del plan. 
Me gusta la gente que se deja llevar con todo, hasta las entrañas, aún sabiendo que va a doler y que al final hay un final, que se deja cuidar y que cuida.
Me gustan las personas con las que se puede contar;" ¿Tomamos una caña?", "Estoy triste, ¿Vienes?, "¿Follamos?", "Contrólame, que hoy no puedo más con el trabajo", "¿Puedo quedarme hoy en tu casa?, no me quiero despertar sola"...Y te dicen que si. Me gusta la gente que se quita la pereza con el pijama y te dice que si.
Me gusta la gente que te hace hueco, que te pregunta cómo estás y que sepa que cuando dices que bien por decir, te sigue la corriente pero no te deja. La que te acaricia incluso estando lejos.

Que dicen que si, hasta cuando yo les digo que no.

lunes, 29 de febrero de 2016

Estoy segura de que ya ha bebido de otros labios. 

Lo que pasa con las retiradas es que corres el riesgo de salir herido incluso después de haber abandonado el campo de batalla.

Así que así estamos, a los treinta y tantos y con esa congoja ganada con el paso de los rostros que nos han fundido las ganas.

Te han visto con legañas, te han olido el aliento vespertino, y te han escuchado roncar.

Te han visto desnuda. Descubren cierta mancha de nacimiento, algún lunar, y te preguntan que significan tus tatuajes...Y yo suelo pensar: ¿Y a ti que coño te importa, si mañana sólo te vas a acordar de que te gusta mi culo? 

Y te han visto desnuda pero pocos saben lo que eres. No tienen ni idea de si te gusta hacer deporte el fin de semana, si cocinas o eres de las de congelados, cuantos hermanos tienes o quienes son las personas que salen en las fotos que hay en tu casa. Eso no importa porque les gusta tu culo.

Algunos se quedan una noche, una semana, un par de meses, o incluso alguno ha cumplido el lustro llamándote a deshoras. (Lo más jodido es que después de 5 años siga sin saber cuantos hermanos tienes)

Y a veces, a veces les echas tú. Les echas cuando empiezas a intuir una ligera minusvalía emocional y vuelves a pensar en por qué cojones les dejan salir así a la calle sin haberse curado, tú, que presumes de arreglarte bien el corazón (usando cada vez más grapas), antes de meterte en los ojos de alguien.

Y les echas antes de que les de tiempo a preguntarte el número de hermanos que tienes o de que les hables de tus amigos. Les echas antes de que se les olvide lo que significan tus tatuajes o les cuentes porque hoy mandarías todo a la mierda. 

En vez de eso, le mandas a él al carajo y piensas: "si quiere algo, volverá a por todas". Y claro, no vuelve. Y te das cuenta de que la minusvalía emocional también la tienes tú, que tu mochila pesa más que todas las que han ido dejando a los pies de tu cama y que no vuelve porque no diste tiempo a que le gustara algo más que tu culo.

Y ahí, en ese momento, es cuando te das cuenta de que ya estará bebiendo de otros labios.

domingo, 21 de febrero de 2016

Echo de menos las formas etéreas,
los "casi invisible",
los pequeños detalles,
en lo más simple.
Echo de menos no saber los límites,
las cenas sin sobras,
la playa en febrero,
el dúo de sombras.
Echo de menos creer que era fácil,
no pensar en razones,
que no hiciera frío,
las tardes de miércoles.
Echo de menos las caricias en taxis,
cocinar a deshoras,
las risas de resaca,
tras noches de "Oscar".
Echo de menos no tener miedo,
dejar que me toquen,
un baile en la ducha,
mi espalda de acordes.
Echo de menos no salir corriendo,
retar al infierno,
entrar en batalla,
probar por si acierto.
Echo de menos al azar como regla,
la fuerza en mi tripa,
a(r)marme de ganas,
y conquistar la cima.


miércoles, 17 de febrero de 2016

Sé que nos encontramos
de repente en un desvío,
que no planee la parada
ni encontrarme allí contigo.
Sé que sonreías con tu mirada de niño,
que sin quererlo mis manos
te imaginaron conmigo.
(Sé que una noche en Granada,
estando los dos muy borrachos,
casi incendiamos la cama).
Pero no consigo acordarme
cual era tu lado incompleto,
ni del color de tus ojos,
ni si te guardé algún secreto.
Sé que me gustaba tu olor,
y que hicimos que lloviera,
que nunca hice caso de esos
que me decían que huyera.
Yo no sabía que el olvido
no llegaría por partes,
que tras todas esas noches
que nos rezaba Sabina,
no sentiría nada, me quedaría vacía,
que no cerraría el hueco,
que enlazaría pedazos
con otro cuerpo más roto.

Tenía que traerte escribiendo,
que algo corriera en mi piel,
que tengo miedo que ahora,
se me haya olvidado querer.

sábado, 16 de enero de 2016

Una vez mi el mar desde Madrid,
mientras nos follábamos al amor
en una de esas siestas imposibles
si le tenía en mi espalda.
Ahora entiendo que no es que él
pusiera el listón muy alto,
sino que eso es lo mínimo exigible
en este tiempo de frío:
Que te hagan ver el mar
en un piso con vistas a un patio interior.

domingo, 10 de enero de 2016

Aún no lo entiendo,
incluso sabiendo de donde viene el frío,
seguimos gastando más dinero en calefacción,
que tiempo en abrazarnos.