viernes, 11 de diciembre de 2015

Intentamos salvarnos del mundo en todos los lugares y de las formas posibles.
Abrazamos a los amigos que nos sacaban de agujeros que tantas veces nos parecieron infinitos.
Terminamos botellas de vino en una sala llena de humo, y anidamos camas que nunca devolvían las caricias. Las noches nunca acababan, y las gotas de licor caían por el cuello que a veces, algún desconocido bebía prometiendo vida tras el amanecer. 
Dormíamos todo el día para no ver los recuerdos, y nos mecanizamos cada mañana en el metro.
Pero un día, casi sin darnos cuenta, todo pasó.
Los "por qué" dejaron de rondar cada vez que abríamos los ojos, y simplemente, lo dejamos ir.
Cerramos las puertas de un portazo, y echamos bien fuerte el cerrojo, por si acaso.
Y así poco a poco, rescatamos los pedazos que quedaban sanos, los acariciamos despacio y los limpiamos para que alguien pensara que brillaban y no se fijase en los trozos apagados.
Comprendimos que todos nos hacíamos poesía alguna vez, incluso sin querer serlo, 
Habíamos empujado el tiempo, y ahora tocaba, salvar el mundo de nosotros.


miércoles, 28 de octubre de 2015

Si me llamas,
te contestaré con abrazos,
te acariciaré despacio
y lloverán los perdones.
Se hará una fiesta el invierno,
y gritaré en cada frontera
que la vida, sin tu prisa,
no va en serio.

Si me llamas,
temblar se hará una costumbre,
y apagaremos las luces
riéndonos de los "por siempre".
Te perdonaré del destierro,
convirtiendo mis derrotas
y el peso que llevo en mi espalda,
en una carga de besos.

Si me llamas,
te morderé la sonrisa,
y aliñaré las espinas,
con vino de sexo y seso.

miércoles, 14 de octubre de 2015

A veces me sigue costando no caminar a diario entre el bullicio de Malasaña o tener el Guernica a un golpe de semáforo. En las noches aderezadas apenas me fijo en ese tramo de la calle Fuencarral donde un día alguien se inventó la lluvia, y en mi nuevo patio interior nadie desafina como aquella muchacha en Atocha.
Cervantes no vive a tres pasos, y hace mucho que nadie se baña en la piscina de Quijorna.
La línea uno se ha convertido en una visita esporádica, y desde mi terraza, veo las Cuatro Torres flanqueando la luna. Dos estrellas fugaces han caído mientras fumaba. No se ha cumplido ninguno de los dos deseos, aún.
Ahora visito Aluche para jugar al fútbol en el mismo polideportivo donde mi madre me obligaba a ir a natación, y la Plaza de las Ventas sólo es un lugar de conciertos o de crueldad en primavera, y a veces se me olvida que allí cerca, colgué el sombrero un tiempo.
He tenido que acostumbrarme a la rutina de los búhos de nuevo, pero no al nuevo barrio que ya me ha visto crecer en la ciudad que ya no sólo es para periodistas, que tan lejos estaba de los dos salones del barrio turco de Amsterdam, donde nos juntamos tantos que llegábamos huyendo de algo.
Y a pesar de días de nostalgia, por fin encontré un hogar en la décima casa, y llenaré sus paredes de historias. Estoy en ello.

martes, 6 de octubre de 2015

Será este poco de frío, esos estantes vacíos,
este corazón gastado o la desgana de mis labios.
El sinsentido de las veces, en que juego a ser demonio,
que me sobra lo incompleto que me encuentro por los bares,
que me arrepiento si dejo, que esa noche me disparen,
que celebro los domingos sin que nadie me acompañe.
Puede que me cansara, de migajas en la cama, o que me saben
a poco los restos que cuando te besan, huelen a alcohol barato,
(que te hacen soberana, y el reinado dura un rato).
Quizá no necesito más que mi mano derecha,
a(r)marme con mi paciencia, tomar buenas decisiones,
demostrarme a mi misma que no estoy equivocada,
que sé que existen los cuentos, de princesas y dragones.

lunes, 21 de septiembre de 2015

En frente de mí, mi reflejo
que me devuelve las ganas
de deshacer una cama
y desterrarme del miedo.

A sólo unos meses, mi pena,
que me cegó en el instante
que te encontré y me miraste
y ahora la miras a ella.

A sólo un segundo tu boca,
buscándose nuestros dedos,
sabiendo que no podemos,
que no es así como funciona.

Siempre contrariando al tiempo,
queriendo arrancarnos la ropa
y nunca encontrar el momento.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Donde no hay ruido en la mañana
y nunca faltan las ganas
del cigarro de después.
Donde los aviones no paran,
los abrazos no se pactan,
ni hay problema de crecer.
Donde hay caricias completas
y las noches están repletas
del siguiente amanecer.
Donde se liman las astillas,
se te curan las heridas
y se te eriza la piel.
Donde se dispara a la nostalgia,
los deseos no se aplazan
y se anda del revés.
Donde no hacen falta máscaras,
ni hay miedo si acabara
y siempre puedes volver.

Allí he creado mi reino
ya me cansé del infierno
y tengo un billete de tren.

lunes, 27 de julio de 2015

Anoche brindé por ti en la terraza
y decidí regalarte en secreto el polvo de después.

Brindé por mi mayor logro y mi mayor fracaso,
y por todo lo que tengo que contigo no iba a ser,
por mi vuelta a viejas costumbres de dormir sola,
de comer y follar deprisa.
Contigo me tomaba mi tiempo para todo, menos para mi.

Brindé y encendí un cigarro, y como siempre, volví a pensar en dejarlo,
quizá ya empiece estar preparada,
antes no,
hubieran sido demasiadas pérdidas, la nicotina y tú, 
aunque de todos mis vicios, sin duda, fuiste el más perjudicial
pero con el que mejor alucinaciones tuve.
Así que en esto se resume, sintigo y con más,
pero con un mono tremendo de tu piel.

viernes, 17 de julio de 2015

Por si lo olvido

No olvides de donde vienes y estate orgullosa de ello, no olvides recordar que lo hicieron lo mejor posible aunque no siempre te valiera de esa forma.

No olvides que eres lo que eres porque un día conociste a unos niños que te hicieron replantearte todo, y que por ellos dejaste tres años de derecho y te metiste en esto de "lo social", que pensaste que no era justo que ya desde tan pequeños, dijeran que no tenían remedio. No olvides nunca sus nombres, que una vez te dijeron que olvidar un nombre era negar la existencia a alguien.
No olvides ese primer día de trabajo que te dejó paralizada ni la sensación de aquel primer caso cerrado.

No olvides que te hirieron cuando amaste, que te dolió tanto que creíste que no podrías levantarte, pero tampoco olvides que una vez heriste tú a alguien que te mandaba cartas desde un pueblo de Cádiz. 
No olvides que el amor es eso que no hiere y que a veces hay que arriesgarse con escenas de película para lograrlo, no olvides intentarlo de nuevo ni olvides perder el miedo.

No olvides a tus amigos, ni siquiera a los que ya no lo son, porque un día les sentiste como tal y simplemente la vida pasa y nos pone en diferentes lugares, pero no se te ocurra olvidar a los que siguen ahí, guarda un instante siempre para ellos.

No olvides que un día aprendiste que para poner tierra de por medio, a veces hay que atravesar el océano, no olvides que pudiste hacerlo sola, pero tampoco olvides que no todo hay que hacerlo sola.

No olvides que no todo lo que te enseñaron sirve de verdad para vivir y no olvides olvidar y re-aprender, deja que te rompan los esquemas una y otra vez, y abre la mente incluso a los que no la abren para ti. 

Nunca olvides porque estás donde estás, pero sobre todo, no olvides donde quieres estar.

domingo, 28 de junio de 2015

De sus ojos nacían historias,
de sus manos mis orgasmos,
de sus piernas incompletas,
una carrera de fondo,
de su espalda un colchón,
donde acostaba a mis llantos.
Sus dedos resucitaban a Vega
y hacía cantar a mi gata,
a veces, dibujaba con ellos,
sobre mi ombligo unos mapas,
como trazando el camino
cuando su avión despegara.
Con su lengua me hacía agua,
me convertía en océano,
en mi nadaba a sus anchas,
cuando se fue me hice charco.
Y creo, que fueron sus brazos,
los que robaron mi calma.

domingo, 21 de junio de 2015

Reconozco, me da miedo,
el tic-tac de los relojes,
que me dicen, me recuerdan,
que regresan mis temores.

El invierno me ha cambiado,
ya no rompo lo que escribo,
(lo rehago),
y decidí arrancar de los versos,
los nombres que despegaron.

No siempre asumo los riesgos,
no siempre tengo ganas de todo,
pero de un cuerpo dañado,
hice de alas los brazos.

Y ahora que el sol dio una vuelta,
que el mundo se está encogiendo,
yo voy buscando escondite,
que no me encuentre la pena,
no sea que me despiste,
que no quiero más cadenas.

martes, 26 de mayo de 2015

Todo está mejor


Lo cierto es que todo está mejor.
No tengo miedo a que nadie se marche, estoy rodeada de luces,
algunas muy lejos, pero son más fuertes que mi miedo a volar.
He cambiado el zulo del centro por una casa con terraza lejos del bullicio;
parece que el cielo es un poco más azul en este barrio.
No tengo análisis ni médicos cada semana y según me dicen,
tengo mejor cara y he dejado de perder peso.
A veces algún chico me busca, y a veces me encuentra;
aunque reconozco que salgo corriendo fácilmente. 
Me preocupo un poco más por mi y hago algo de deporte.
Me gustaría decir que bebo y fumo menos, pero nunca miento cuando escribo.
He empezado a dejarme cuidar, y sienta bien. 
Y en Madrid, ha empezado una fiesta en las urnas.

Pues si, todo está mejor desde que te fuiste,
y aun así, no siempre, sólo a ratos,
me gustaría que no estuviera todo tan bien y estuvieras tú.

miércoles, 15 de abril de 2015

Madrid se llena de primavera mientras yo planifico la mudanza a la décima casa, y hago cábalas de cajas, en este pequeño salón que tantas ganas tengo de dejar. 
Las paredes ya están desnudas de recuerdos, excepto esos pájaros de vinilo que vuelan alrededor de un poema y que aun no he decidido si volarán conmigo.
Procuro ir despacio, todo se merece un poco de atención e incluso algún minuto de silencio, los muertos no están sólo en ataúdes y he roto un par de fotos a modo de entierro.
He pasado un buen rato con la arena de un rincón entre las manos y cobijada entre los granos, una pequeña piedra con forma de corazón. Tres veces he ido al cubo de la basura, tres veces me he dado la vuelta, y en la vencida, me he dejado vencer. La he guardado junto a un mechero amarillo que lleva apagado meses pero al que le queda un resquicio de piedra.

Hace tiempo que no llamo a este piso "mi casa", y quiero alejarme del ruido que hacen las ilusiones frustradas cuando pasan por mi portal, camino del tren, sin que llamen al timbre.
La décima casa tiene luz y no hay recuerdos. Es una buena forma de empezar.
La décima casa se llenará de recuerdos, con luz.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Ya hace un año de esas noche de teatro,
de esconder nuestro secreto por Preciados,
de arrancarnos aquel frío de Noviembre
con la manos, con los ojos, y a bocados.
Ya hace un año que probé esa cuesta abajo,
y subidas como puertos de montaña,
yo llevando tu mochila en mi espalda,
tú dudando cada noche entre dos camas.
Ya hace un año que reté hasta a mi sombra
gritando a todo el mundo, sin creerlo,
que yo sería más fuerte que tus sueños,
que esta vez, ganaría en este juego.
Y es curiosa la medida de los tiempos,
que hace un año eras todo mi camino,
y renové mi pasaporte olvidando,
que jamás pensaste en que fuera contigo.
Y hace un rato, revolvía mis pensamientos
intentando averiguar por qué este día,
me sonaba que tenía algún evento.
Y sonrío de reojo al calendario,
recordando que jamás he sido de esas,
que marcaba y celebraba aniversarios.

(Diciembre 2014)

domingo, 15 de marzo de 2015

Es curioso pensar en otros ojos,
aunque sea sólo, ilusión de borrachera,
cambiar por una noche los deseos
que me empeño en pedirle a las estrellas.

(Y olvidar por un momento que la historia,
me demuestra que son cosas pasajeras)

sábado, 21 de febrero de 2015

A veces me recorre un escalofrío
si apareces sin motivo y a deshoras,
y me pides que te lleve a ese destino
donde hay un rincón que es sólo mío.

Luego, me acuerdo de los sollozos
de otros temblores pasajeros,
de historias que llamé obras de arte,
que al final, se quedaron en esbozos.

Entonces, las mariposas vuelan al miedo,
te escribo los mensajes con excusas,
y me follo esa noche algún recuerdo,
y te digo que no esto lo que quiero.

miércoles, 4 de febrero de 2015

No sé si es porque recibo a las noches en la oficina,
o porque la nevera seguirá vacía cuando llegue a casa.
Puede que sea porque sigo huyendo de madrugada 
de caricias impostadas que no soy capaz de devolver, 
que no me salen si no hay nada.
Y no hay nada.

Quizás es porque le faltan horas a mis relojes
y ya ni siquiera tengo tiempo de pensar en ti.
Será que febrero ha vuelto y la llave del tiempo
no funciona para soldar nuestros momentos,
o que no me gusta saber que estás mal y que te quita
los versos el mismo sitio que a mi me devolvió la vida.

La cosa es, que me apasiona lo que hago,
tengo buenos amigos y me aguanta mi familia,
me puedo permitir unas cervezas los fines de semana,
y si reviento, me escapo.

Así que no, no tengo ni puta idea de la razón,
por la que que sigo pensando que necesito más.

domingo, 25 de enero de 2015

Y luego llegó el invierno, entrenado para el olvido y sin manera de encenderlo.
Y en un alto de Madrid con el dueño de un vetusto febrero, miro los trenes pasar y me da fuego con un mechero amarillo, "estúpida casualidad", me viene a la cabeza, pero él sonríe sin necesidad de un humo aliñado, y echo de nuevo la mirada a las lejanas vías, pensando que puede que no me equivocara de tren, sólo de horario de salida, y que quizá, la próxima vez, deba hacer caso al reloj de los demás, que yo no soporto el tic tac, y se me olvida.

domingo, 4 de enero de 2015

Sabes a esperanza, a caricias encontradas,
a copas a medias que dejas,
cuando alguien te espera en casa.

Hueles a la impaciencia abandonada en la acera,
junto a las dudas que siempre
anidan en mi cabeza.

Me tocas con tus andares de chula de toda la vida,
me recuerdas que te debo
una historia en cada esquina.

Antonio Vega en el Penta, los acordes de Sabina,
los sollozos en andenes
donde siempre hay despedidas.

No siempre te miro de frente, y es que hay veces que me asustas,
y me siento tan pequeña,
que empiezo a poner excusas,
Que si necesito mar, escaparme a la montaña...
pero no puedo engañarme,
siempre vuelvo a las andadas.

¿Y qué pasa si me abrazas y me siento como en casa?
¿Y qué pasa si tus manos son la estación de Atocha,
tus piernas un aeropuerto y tus besos Malasaña?

Te amo tanto, mi vida, pequeña niña insolente,
no me odies si te miento,
yo soy de esas que si vuelven.