sábado, 6 de enero de 2018

Me gustaría decirte que en estos días eternos de lluvia y hospital, era tu abrazo el que hubiera querido tener, para no llegar a una casa fría y solitaria.
Que mil veces he tenido en la pantalla tu teléfono y otras mil, he desistido.
Que después de ti, tuve que empujar al mundo para que volviera a girar y creo que aún no he conseguido ponerlo en marcha del todo.
Que extraño tu pasión en las ideas, que fue lo que me hizo apasionarme por ti.
Que a veces, me sumerjo en tu prosa de soslayo, deseando que alguna palabra navegue por mí.
Que
Que
Que
....
Y así, hasta sólo decirte que ojalá, no te hubiera perdido aquella noche de norte y mar.