No sé que pasa que es irte,
y el invierno se me viene encima.
Como si la lluvia hiciera un simulacro
del otoño que no quiero que llegue.
Que esta distancia,
a la que le falta un cero y diez horas de vuelo,
me adelanta esos silencios del móvil
y una almohada vacía.
Que me quiere acostumbrar,
a echar de menos tus manos
y a la guitarra calmando mi casa.
Que la nostalgia me tiene en su agenda
como contacto de emergencia,
que no quiero,
pero me tiemblan las piernas,
y hoy la sonrisa me falla.
viernes, 23 de mayo de 2014
miércoles, 7 de mayo de 2014
Mira a las pobres princesas,
que se creyeron el cuento
de un gran reino soleado
y ranas que dejan de serlo.
Y a los príncipes azules,
desteñidos por el tiempo
sin cabalgar a batallas,
ni quitar encantamientos.
Esos ilusos, pensaban,
que las brujas eran feas
y siempre se les ganaba,
que a los dragones más grandes
se les vencía con la espada.
Ni perdices, ni felices,
ni castillos encantados,
ni música que acaba el libro
para seguir hechizados.
que se creyeron el cuento
de un gran reino soleado
y ranas que dejan de serlo.
Y a los príncipes azules,
desteñidos por el tiempo
sin cabalgar a batallas,
ni quitar encantamientos.
Esos ilusos, pensaban,
que las brujas eran feas
y siempre se les ganaba,
que a los dragones más grandes
se les vencía con la espada.
Ni perdices, ni felices,
ni castillos encantados,
ni música que acaba el libro
para seguir hechizados.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)