domingo, 29 de junio de 2014

Mi mejor amigo

Es una de esas personas a las que se le hace un hueco rápido, que parece que siempre ha estado ahí y que no entiendes que llenaba su espacio antes de que apareciera. Es tierno y te hace reír como nadie y llena las habitaciones de calma aunque yo sea un torbellino de emociones, a veces insoportable, caprichosa e insegura. Perdona incluso cuando sería entendible que no lo hiciera. Se pone triste y no pide ayuda para no cargar a los demás, pero te coge cuando tu lloras tan fuerte que te llena de vida. Persigue sus sueños, y sin saberlo me anima a perseguir los míos con menos miedo. Es brillante, su mente guarda cosas que es capaz de convertir en historias, en un haiku improvisado, en una canción, en la caricia perfecta.
Se inventa palabras sin sentido y a veces se convierte en súper héroe. Tiene una puntería extraordinaria con la mano izquierda y es campeón en lanzamiento de mecheros a la frente. Sostiene la cámara como si fuera parte de él y crea belleza por donde pasa. Cambia los pies por patines para ir más deprisa y no perderse nada. Cuida sin dejarse cuidar y yo a veces no sé cuidarlo como se merece y le reprocho que se vaya a olvidar de mi sin ninguna razón.
Es mi mejor amigo, un compañero al que me llevaría a cualquier aventura, un genio de la lámpara, un mechero  amarillo, un artista, un alma llena de todo, el gato negro de cualquier bruja. Y a veces no lo sabe y a veces no se lo hago ver, pero yo tengo la suerte de que esté en mi vida y a partir de ahora le ayudaré a quitarse peso de esa mochila que siempre lleva tan cargada.

lunes, 23 de junio de 2014

A veces la mejor forma de seguir adelante es darle la vuelta al reloj. Volver a ver amaneceres con alguna copa de más después de una noche en la que al final te duelen los pies de bailar. Encontrarte viejos amigos y abrazarte como si no hubiera pasado el tiempo. Que un chico te diga que si te acompaña a casa, aunque tu le digas que no, que prefieres volver sola. Que en tu lista de prioridades aparezca de nuevo ese viaje soñado y que más que nunca sepas que debes hacerlo ahora y cruces los dedos para que nada te lo impida.
A veces la mejor forma de seguir adelante es ir un poco atrás, re-andar un poco el camino y fijarse en los desvíos que habías dejado pasar o esperar a los que había después del que tomaste aquella vez y nunca pudiste ver. Comprender que si el mundo es redondo es porque todos los finales se pueden convertir en principios de algo.
Y coger fuerzas, porque cuando acabe, te ocuparás de todo, hasta de lo imposible.

lunes, 9 de junio de 2014

Me estoy acostumbrando a tu ausencia
y al silencio de mi casa
y a pesar de ser pequeña,
duermo cruzada en la cama.

Lo peor son las mañanas,
cuando despierto y recuerdo
que estos meses a tu lado
se han convertido en un cuento.

A veces pareces mentira,
como si no hubieras pasado
como si en mi cuerpo, ahora frágil,
no hubieran vivido tus manos.

(Pero entonces viene tu olor
y el sonido de tu risa,
y esas tardes al principio
cuando no teníamos prisa)

Pronto volverá la vida
que tenía antes de tu sombra,
y dejaré que los kilómetros
se lleven esta derrota.

lunes, 2 de junio de 2014

Pandora me lame las mejillas saladas y con un cuidado que no es habitual en ella, estira la pata (y sin querer, al escribirlo, me sale una carcajada tonta por lo de estirar la pata...), para animarme a jugar. No tiene respuesta y se acurruca junto a mi y una manta que quizá ya sobre, pero que se lleva de a poquito los escalofríos de un adiós adelantado.
El móvil, lleno de mensajes de mi gente bonita, personal de rescate de primera, está apagado para que me sea más difícil hacer una llamada, y mi jefa, que parece que me conoce mejor de lo que pensaba, me manda a dar un paseo, y me recalca que si hoy me quiero ir a casa, que lo haga, pero yo no quiero estar allí, aunque a la vez sólo quiero zambullirme en el sofá que por ley, se ha vuelto todo lo que me abraza.

Y agradezco el revuelo Real y una convocatoria en Sol el día que llevo puestos los pantalones morados, y me distraigo en el sueño de una tercera, repitiéndome cada rato, que como todo, pasará.