viernes, 26 de octubre de 2012

Reglas de convivencia


Por lo visto vas a vivir conmigo para siempre, eso es mucho tiempo (o al menos eso espero), así que  deberíamos empezar a llevarnos bien. Me has dado de bruces con la vida justo en el momento en el que me estaba olvidando de vivirla. Puede que me ayudes a dar importancia a las cosas que realmente la tienen, pero para eso debemos aprender a convivir.
Yo te prometo que no me dejaré vencer por las cosas malas que dicen de ti, que sólo creeré a los que te conocen bien y saben tratarte, te prometo que procuraré que te quedes así de pequeña, que hacerse mayor no tiene gracia, no la tendrá para ti y mucho menos para mi.
Te prometo que te daré tu ración diaria de comida para que duermas tranquila, para que no te revuelvas.
Te prometo que no pensaré más en lo que me has quitado, si tú me prometes no quitarme nada más, si me prometes que te quedarás en ese rinconcito en el que has decidido nacer, si me prometes que algún día dejarás nacer...
Prométeme que cuando empiece a alimentarte dejarás de hacerme daño, que podré ir al gimnasio o acostarme con alguien sin que me apuñales desde dentro. 
Prométeme que dejarás que duerma, que no tendré que dejar la caja de ibuprofeno al lado por si te da por salir de juerga y despertarme a las 5 de la mañana retorcida de dolor.
Te prometo que cuando hable de ti procuraré que te entiendan, pero ya sabes que es difícil juzgar sin conocer, pero prométeme, que cuando hable de mi, no pretendas ser la protagonista, eres parte de mi, no el todo.
Siento prometerte que no serás la parte más importante de mi vida, no te elegí, decidiste llegar y por desgracia echarte no me asegura que no vuelvas. Así que simplemente, vamos a intentar llevarnos bien...

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